La comida que consumimos pasa por nuestro sistema digestivo. Este sistema ayuda a digerir la comida y proporcionar a nuestros cuerpos la energía y los nutrientes necesarios para mantenernos sanos y fuertes. La forma en que nos sentamos mientras comemos es esencial para la digestión de los alimentos. Científicamente se llama el ángulo GI o el ángulo entre tu estómago y el intestino delgado. Verlo de esta manera nos hace más conscientes sobre cómo comer de manera más inteligente y sentirnos mejor.
El ángulo GI es vital ya que influye en nuestra digestión. Ángulo GI: Si el ángulo GI es muy pronunciado o plano, causará problemas. Tomando un ejemplo, un ángulo pronunciado puede dificultar el tránsito de la comida del estómago a los intestinos. Y eso puede llevar al estreñimiento, que es cuando no podemos ir al baño. Sin embargo, si el ángulo es demasiado poco pronunciado, la comida puede regresar al estómago y experimentarás reflujo ácido. Una condición de malestar que ocurre cuando el ácido estomacal sube hasta la garganta o el esófago. Problemas estomacales, como el síndrome del intestino irritable o la enfermedad de Crohn, también pueden ocurrir en muchas personas con problemas relacionados con su perspectiva GI. Esto demuestra básicamente lo crítico que es mantener nuestro ángulo GI en equilibrio.
Dicho esto, mantener nuestro tracto gastrointestinal en equilibrio a menudo está bajo nuestro control y muchas cosas pueden ayudar a mejorar nuestra digestión. El consejo también dice que se debe comer comidas más pequeñas durante el día en lugar de una o dos grandes. Comer porciones más pequeñas también permite que la comida pase por nuestro sistema digestivo con mayor facilidad. Nos hace sentir mejor y evitar molestias. Otra sugerencia importante es comer derecho y no encorvarse. Mantener una postura correcta hace mucho.
Una buena postura, como sentarse derecho, crea la alineación necesaria para la columna vertebral que soporta el ángulo GI. Solo con una espalda recta funcionan nuestros órganos correctamente. Cuando nos encorvamos o nos inclinamos demasiado, se comprimen nuestros órganos digestivos y se altera el ángulo, lo que hace un poco más difícil que la comida se procese en nuestro sistema. Acuostarse inmediatamente después de comer también puede aplanar el ángulo y causar reflujo. Después de comer, el cuerpo idealmente necesita una hora en una posición vertical para digerir adecuadamente la comida. Esto permite que la comida pase por nuestro sistema sin problemas.
De vez en cuando, algunas personas pueden seguir experimentando dolor en el estómago incluso después de seguir estos consejos útiles. En ese caso, un médico podría recomendar terapia física. Esto también puede ayudarnos a tener una mejor postura y fortalecer los músculos que rodean nuestro intestino, lo que facilita mucho la digestión para nosotros. Además, un médico podría recomendar ciertos ejercicios o estiramientos que ayudan con el ángulo GI. También podrían sugerir cambios en la dieta para aliviar problemas estomacales y mejorar la digestión. La diferencia que hace comer alimentos que sean más fáciles de digerir es considerable.
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